Capítulo 3

Ella no podría olvidar nunca los recuerdos de ese día. 

Fue asombroso descubrir qué parte del templo tenía un agujero por el cual cada persona podía escapar. Dónde era posible encontrar un telón oscuro para ocultar su apariencia, y la razón por la cual los escoltas, quienes siempre la atacaban, de repente se volvieron amigables. Luego, todo fluyo como el agua de una forma muy extraña…

El Príncipe Heredero, quien había cambiado su cabello negro oscuro por un marrón más común, rápidamente cambió su actitud y se convirtió en un plebeyo.

Su corazón latía nuevamente mientras se quitaba su espléndida vestimenta y se convertía en un joven común y corriente del pueblo.

Al salir, Jiwoo se sintió aliviada. Por primera vez, como una persona normal, no como Akarna, escapaba del claustrofóbico templo.

Cuando el Príncipe Heredero entró al bar sin dudar y pidió una salchicha a la parrilla y una cerveza oscura, sinceramente, le hizo lagrimear los ojos.

En el templo, se veía obligada a llevar una vida aburrida, comiendo una pequeña cantidad de comida. Pero ella originalmente era una persona moderna, de la Tierra, que pedía pollo a domicilio y tomaba cerveza en días de fiesta.

La carne goteaba en grasa y la cerveza oscura sabía realmente bien.

Había pasado mucho tiempo desde que pudo describir la sensación de una comida sabrosa y masticable, con jugos y un aroma penetrante que bajaba por su garganta, algo que solo podría describir como una sensación de emoción.

Jiwoo saboreaba la comida con una cara alegre, pero pronto escuchó una leve risa.

El príncipe heredero descansaba su barbilla sobre su mano y sonreía.

— No sabía que nuestra Akarna bebía tanto.

— Bueno… ¿Te parece bien decir eso…?

— ¿Qué? Ah, ¿la palabra Akarna? Está bien. Akarna no solo es la Akarna del templo, también es un término coloquial para una amante encantadora.

El príncipe heredero sonrió mientras tranquilizaba a Jiwoo, quien miraba a su alrededor sorprendida.

Además, tenía un rostro como el de un joven en las montañas, cuando respondía de forma malhumorada a los caballeros que decían que diría todo tipo de cosas cursis en un lugar como ese.

Tal vez fue porque se sentía un poco ebria, pero el corazón de Jiwoo latía rápidamente incluso cuando él se veía de esa manera.

Después de ese día, las veces que salía con el príncipe heredero aumentaron cada vez más. Esto era porque fue más fácil una vez que la puerta fue abierta.

Además, esta experiencia fue mucho más efectiva para enseñarle palabras que dando lecciones sobre letras y palabras en un aula.

Se sentía mucho mejor mientras pasaba tiempo con el príncipe heredero, y aunque el tiempo con él aumentaba, no había señales de oposición por parte del templo.

A veces, ella iba al mercado y se divertía.

Mientras miraba artículos baratos, también recibía un regalo del príncipe heredero.

El collar hecho de piedras azules puras parecía el cielo de ese día. Un cielo despejado sin una sola nube.

Fue como recibir un regalo de los recuerdos que habían compartido juntos en un día tan hermoso.

Si lo llevaba con ella, podría perderlo o romperlo, así que Jiwoo lo mantenía guardado en su dormitorio.

Cierto día, en lugar de aprender el idioma, aprendió a montar el caballo del príncipe heredero, y por primera vez corrió por las praderas de este país. Al principio le dio miedo, pero pronto se acostumbró.

Comenzó a sentirse lo suficientemente relajada como para disfrutar del sonido alegre de los caballos galopando, el paisaje que cambiaba rápidamente, e incluso del viento que ondulaba su cabello.

— ¿Qué te parece? ¿No es hermoso?

A lo lejos, un gran molino de viento giraba sobre una pequeña granja.

Techos de colores rojos y azules, anchos ríos cercanos pasaban por ahí, y grandes silos de grano en forma de torre estaban alineados en fila.

La escena de las nubes blancas flotando en el cielo azul profundo era como una escena de un cuento de hadas.

Mirando desde la colina alta esa parte de la ciudad, el príncipe heredero le mostró el país que gobernaría.

Cuatro estaciones distintas, tierras fértiles, abundantes recursos y personas sabias.

El imperio se había desarrollado de manera independiente y era objeto de envidia y obediencia de otros países.

Luego, estaba la ciudad santa, donde la voz de Dios podía llegar, la cual también estaba dentro del imperio.

Akarna también descendió hacia el imperio. Por lo tanto, este no carecía de razones para ser llamado la tierra bendecida por los dioses.

— Pero, el Imperio no siempre fue una tierra tan próspera.

— ¿En serio?

— Como Akarna, tú limpias la tierra corroída por el miasma1, ¿cierto?”

— Sí.

Una tierra que fue arruinada por la energía oscura dejada por las bestias.

Era una tierra estéril donde no se podía cultivar ni construir otras instalaciones.

Cuando los humanos vivían en tal lugar durante mucho tiempo, se enfermaban.

La enfermedad que poco a poco volvía el cuerpo negro y luego esparcía el miasma a los alrededores una vez provocada la muerte. Por lo tanto, ser afectado por esta era como una sentencia a ser expulsado del mundo humano y morir en soledad.

No era exagerado decir que las fronteras del país se trataban de tierras plagadas por el miasma.

Las tropas de la frontera protegían a la gente en la lucha contra las bestias, más que contra invasores humanos.

Sin embargo, Akarna no se veía afectado por el miasma.

Más bien, podía sanar a los enfermos y purificar la tierra infectada por el miasma. Gracias a Akarna, el imperio pudo expandir su territorio mientras otros lugares estaban amenazados por las bestias.

En un imperio con tales condiciones benevolentes, era natural que muchos países se inclinaran ante él.

— Se dice que en el pasado, la mayoría de la tierra estaba estéril. Los soldados del imperio expulsaron a las bestias que amenazaban a la gente, y los santos purificaron la tierra contaminada por ellas. Esa larga historia hizo que el imperio sea lo que es hoy.

Mientras el príncipe heredero decía esto, parecía estar orgulloso de los ancestros que hicieron esta tierra, de la familia imperial en la que nació y de su gente.

El orgullo por su país se marcaba en sus mejillas duras y fuertes, pero esta expresión desapareció rápidamente cuando mostró una expresión preocupada.

— Pero… la tierra contaminada con miasma está creciendo más y más. Si te descuidas un poco, las bestias pueden venir a atacarte. ¿Qué piensas acerca de salvar a los que sufren e incrementar la tierra para que puedan vivir en paz?

Jiwoo se sorprendió un poco porque no sabía que él le pediría una opinión.

Reflexionó durante un largo rato, no queriendo dar la impresión de que se lo tomaba a la ligera. Era fácil juzgar cuando recordaba lo que el templo le pedía que hiciera.

Los enfermos besaban el borde de su ropa en lágrimas mientras ella los sanaba.

Era difícil expulsar el miasma de la tierra, pero se sentía orgullosa cuando recibía los cosechas que se habían cultivado experimentalmente en el primer año sobre la tierra purificada como regalo.

Pensó que sería difícil, pero… al mirarlo ahora, valió la pena.

— Creo que es lo correcto.

— Sí… pero aún hay muchas personas en esta tierra que no pueden aceptar esa ayuda.

— ¿Aún no han recibido ayuda?

— No, no la aceptan. Esas razas ni siquiera quieren creer en el poder divino, y los alquimistas en la muralla exterior creen que es una blasfemia usar el poder divino.

El príncipe heredero miraba el horizonte distante mientras decía esto.

Ella realmente no lo entendía bien. Jiwoo nunca había visto una bestia con sus propios ojos. Sin embargo, había visto algunas pinturas de ellas, y la apariencia de esos seres monstruosos era exactamente como se describía, y lo horrible que se volvían cuando estaban afectados por el miasma.

No podía pensar en ninguna razón para rechazar salvarlos de eso.

— Tú tampoco entiendes, ¿verdad?

Jiwoo pensó brevemente sobre las religiones que existían en la Tierra.

Como en el mundo en el que Jiwoo vivía originalmente, si lo que se decía del poder divino no era visible, el argumento de los ateos era válido. Incluso Jiwoo no creía en los dioses. Pero aquí, el templo realmente sanaba a los enfermos y expulsaba a las bestias.

Así que no lo entendía.

— Bueno. Si no tienes experiencia de primera mano con los milagros de Dios, sería más racional no creer. Nadie tiene el derecho de violar la libertad de las personas.

— …A veces dices cosas sorprendentes. ¿Es porque eres Akarna?

El príncipe heredero se sorprendió, y pronto sonrió suavemente mientras hablaba.

— Quiero hacer de este mundo un lugar mejor para vivir, no solo el imperio. Puede que digas que es estúpido, pero creo que también quieres salvarlos. Son diferentes de nosotros y tienen una visión del mundo diferente, pero también son personas que deben vivir y convivir en esta tierra.

La luz del sol brillaba sobre su frente recta y el puente de su nariz. Una suave brisa movía su cabello. Había un aroma de cálido sol proveniente de algún lugar.

— Eso también me parece genial.

— Gracias.

El príncipe heredero extendió su mano.

— Entonces, ¿me ayudarás?

El viento recorrió la amplia pradera y una vez más movió su cabello. Ese viento fresco y refrescante agitó incluso su corazón.

No sabe cuándo. Pero quizás se enamoró de él desde entonces. Porque fue definitivamente ese momento en el que se dio cuenta de que el amor había echado raíces en su corazón.

No pudo aferrarse a este mundo ni al templo, pero gracias al príncipe heredero, pudo amar este mundo. Y así se entregó y se esforzó al máximo de sus capacidades.

A medida que su corazón lo seguía y era recompensado, incluso lloraba incontrolablemente. Estaba feliz.

Aunque las responsabilidades del Akarna eran difíciles, valían mucho más la pena si consideraba que era lo necesario para crear un futuro junto a él.

Pero, ¿quién podría imaginar que sería traicionada tan horriblemente?

***

Miasma1: tipo de aire corrupto o pestilente que emanaba de cuerpos en putrefacción y que propalaba las enfermedades infecciones.

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