La historia de amor de Violeta - Capitulo 1 parte 11
Capítulo 1: Grieta (11)
Su rostro se veía demasiado tranquilo, como si realmente no tuviera otros pensamientos. Sería terriblemente vergonzoso si ella fuera la única que se sintiera estimulada sexualmente cuando no era la intención de él. Tratando de ocultar su expresión, ejercicio una leve presión para retirar las yemas de los dedos, pero él no la soltó. En cambio, lo señalo cortésmente.
—Tienes la cara roja. ¿Te sientes mal otra vez?
—No, creo que es solo el vino. ¡Ah!
Cuando su firme pulgar araño gentilmente su suave piel, se le escapó un débil gemido. Confundida, lo miro a los ojos y noto que sonreía sutilmente.
“Dios mío, ¡Me estaba tomando el pelo!”
Frustrada y un poco enojada, ella logró alejarse cuando él se rio suavemente, acercándose detrás de ella para rodear sus hombros con sus brazos. Fue claramente un gesto para reconfortar.
Sabía que a veces él podía ser inesperadamente juguetón, pero esta vez estaba demasiado nerviosa y trato de evitarlo.
—No hagas eso…
—Lo siento. Tu reacción fue…
—¿Divertida?
—Para nada. Fue linda.
Ana se quedó estupefacta, pensando que todavía se estaba burlando de ella. Habiendo sido siempre madura desde una edad temprana, Ana era más a menudo llamada, bonita o hermosa que linda, excepto por su padre y sus hermanos. Incluso en su opinión, ella no era linda ni encantadora.
Sorprendido por su reacción, García arqueo las cejas:
—Hablo en serio.
—Dijiste que no te burlabas.
—Es decepcionante que mi esposa no confíe en mí.
A pesar de que Ana le fulmino con la mirada, él no parecía estar muy intimidado. Después de todo, tenía sentido. Cuando el hombre que solía ser considerado y amable podía ser también inesperadamente descarado, Ana no tenía el talento para lidiar con él.
Su amabilidad siempre se centró en ceder y adaptarse a su esposa. Ella suspiró. Desde su compromiso, ella había trabajado duro para no quedarse atrás de él, quien siempre parecía ser un perfecto caballero y adulto.
Ana era una joven de dieciocho años en aquel entonces, así que seguramente era obvio para él. A veces, no podía culparlo por verla como si fuera una niña.
García observó su expresión en silencio antes de besar su mejilla delicada y sinceramente. Ana aceptó en silencio mientras él profundizaba el beso en sus labios. El beso, lleno de cariño y ternura, calmo sus sentimientos alterados. Ella no puedo resistirse, se fundió en él. Ana suspiró y se colgó a su cuello, sintiendo su leve risa.
—Entonces.
Después de un beso más largo de lo esperado que dejo su cabello ligeramente despeinado, García pregunto con una voz embebida en risa, su voz ronca y baja sonando al lado de su oreja.
—¿Siguin Noel es tu pintor favorito estos días?
Ana se alarmó, temiendo que él hubiera oído su corazón acelerarse, pero García no parecía inmutarse. Ella respondió con indiferencia.
—¿Quién?
—Siguin Noel. La persona que envío esta invitación, No recuerdo a ningún pintor actualmente activo con ese nombre.
Ana miró a García sorprendida.
—No solías estar interesado en las pinturas.
—Recientemente me he interesado.
Respondió con naturalidad.
Aunque eran políticamente prominentes, la familia Tudor se había dedicado a los negocios desde el abuelo de García, acumulando una gran riqueza. Quizás lo busco con fines comerciales o como regalo para alguien importante.
Ana asintió y dijo:
—Es un artista emergente, muy talentoso. Quiero apoyarlo porque tiene el potencial para unirse a las filas de los grandes.
Luego agrego algo que ni siquiera le había preguntado.
—El mercader de arte me recomendó uno de sus cuadros recientemente y su juicio fue ciertamente confiable.
—¿Ah si?
García parecía inusualmente interesado.
—Un artista que es tan elogiado por mi esposa, me gustaría ver su trabajo en persona.
Si él siguiera adelante con esto, Ana naturalmente sugeriría que visitaran juntos la exposición o mostrarle las pinturas que poseía. Pero ella dudaba en asistir a la exposición con su marido, y las pinturas que tenía de Siasen eran… Sin querer, contenían sutiles intercambios emocionales entre ellos.
Ana, sintiendo como si fuera su fatal secreto, lo había guardado en la caja fuerte más profunda de su sala de colección. No quería mostrárselos a nadie, especialmente a García. En cualquier caso, ella no estaba dispuesta a hacer ninguna de las dos opciones. Ana, naturalmente, sonrió lo suficiente como para no parecer nerviosa.
—Valen la pena coleccionarlos. Colgaré uno en vuestra habitación si encuentro la pintura adecuada.
Era una evasión impecable. Por supuesto, ella no tenía intención de colgar el cuadro de Siasen en su habitación. Ella compraría algo adecuado de un pintor de renombre, alegando que era mejor, y él lo acepta sin pensarlo mucho. Después de todo, no estaba particularmente interesado en el arte.
Como era de esperar, estuvo de acuerdo amistosamente.
—Eso suena genial. Espero con ansias tu regalo.
Cuando de voltio para agregar más leña a la chimenea, Ana suspiro rápidamente. Siempre estuvo orgullosa de ser sincera y digna, por lo que le estresaba tener que eludir la verdad con su marido.
De hecho, en general era más honesta que el promedio, especialmente con sus seres queridos. Necesitaba resolver esto rápidamente; no podía seguir así.
Termino de afianzar su resolución. Su mente tranquila y serena suprimió los latidos de su corazón, todavía estimulado por los recuerdos del pasado. Fue un capítulo que quedo atrás hace tiempo, un remanente amargo de su juventud, antes de conocer a García.
El comportamiento de Siasen sugería que todavía albergaba sentimientos por ella, pero esperaba que una conversación sincera aclarara sus intenciones. No pensó que él traspasa los límites con ella, ahora una mujer casada.
La invitación la había trastornado, pero establecer los límites dependía de ella. Accedió a ofrecerle el apoyo que necesitaba, exponiendo claramente sus intenciones. Aunque parezca algo frío, ella ya había dado la espalda a un futuro con él; hacerlo de nuevo sería más fácil.
Además, ahora tenía a García a su lado. Aunque no tenía idea de lo que estaban haciendo o lo que planeaban hacer, el sentido común de Ana le dijo que este estado emocionalmente inestable no era bueno para su relación y el honor de ambos. Al ser más racional, García podría verlo de otra forma, pero Ana no podía enviar sentirse de esta manera.
Este hombre frío… Seguramente no podría entender que ella se preocupe por estas cosas aparentemente triviales.
“Una persona de corazón frío”
Ana murmuró para sí misma, sintiendo un déjà vu. Sabía que no era la descripción correcta para alguien tan cariñosa y educado. Pero le llevo casi medio año después de su compromiso para darse cuenta de que García no era tan transparente como se veía.
Por ejemplo, había cuadros que ella le había regalado antes. Fueron regalados por cortesía durante su compromiso, por lo que no tenían gran importancia. Sin embargo, se mostró lo suficientemente indiferente como para no poder distinguir cuadros simples de regalos de su esposa, aunque la diferencia era bastante evidente.
Ella pensó que era porque él no estaba interesado en ese tópico, pero ese no era el caso. Habiendo nacido en la abundancia, García era generalmente insensible a todas los bienes materiales excepto a las transacciones obligatorias. Apreciaba los regalos de sus seres queridos, pero no los valoraba mucho.
Su apego emocional era similar: obediente y responsable, pero carente de pasión. Esta compresión se produjo solo después de pasar un tiempo considerable con él y desarrollar intimidad. Ana lo respetaba y le tenía cariño, pero no podía amarlo debido a esta sutil e indescriptible distancia.
¡Buscamos personas interesadas en formar parte del scan en el área de traducción de novelas!
Los invitamos a unirse a nuestra comunidad y seguirnos en nuestras redes: https://beacons.ai/catscan/home
Visitas: 0
Comments for chapter "Capitulo 1 parte 11"
MANGA DISCUSSION
Más info
Disfruta de todo nuestro contenido