Ruégame [Suplícame] - Capítulo 1
Capítulo 1
Una buena sirvienta, una espía astuta, un primer amor desgarrador y la hija de un enemigo al que tenía que matar.
… Y una fugitiva que desapareció con el niño en sus entrañas.
Esta mujer tenía muchos nombres.
ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ
En el momento en el que abrió la puerta de la cocina, enseguida sintió el olor de varios ingredientes y vapor caliente. Las criadas estaban ocupadas preparando el almuerzo y ni siquiera tenían tiempo de mirar quién abrió la puerta.
En realidad, no había necesidad de mirar quién era.
Porque era una criada común quien entró en la cocina, donde chisporroteaba el sonido de los cuchillos y el aceite. Un uniforme de sirvienta negro le rozaba la punta de las rodillas, un impecable delantal blanco y sencillo cabello castaño oscuro. Era una apariencia tan común como las lámparas de araña de cristal en el salón de la mansión Winston.
La sirvienta agarró una bandeja de madera, un plato hondo y una cuchara. Se dirigió a la alacena llena de latas de colores y agarró de una cesta un pan blanco y dos huevos duros, cuando alguien habló.
—¿Siguen estando los huéspedes del Anexo?
La chef, la señora Appleby, chasqueó la lengua mientras sacaba del horno el pastel de carne recién horneado. La joven sirvienta, como de costumbre, fingió ser hosca y frunció su labio inferior.
—Así es. Aun así, creo que podrán salir hoy.
—Tsk, Tsk Sally, debes estar pasando por un momento difícil.
La señora Appleby colocó el pastel de carne en una mesa grande en el medio de la cocina y le tendió la mano vacía a la criada llamada Sally.
—Dámelo.
La mujer tomó el plato de sopa vacío y abrió la olla grande que estaba al lado de la estufa y cuando se enfrió, la llenó con sopa de almejas y la colocó en la bandeja de Sally. Lo único que flotaba en el cuenco eran restos de ingredientes.
—No puedo creer que estés haciendo ese trabajo tan duro sola, sin la compañía de Ethel.
Ethel era una criada de mediana edad que, hasta hace un mes, estaba a cargo de la «habitación privada» en el sótano del Anexo junto a Sally. Ahora soñaba hacer fortuna con su marido, un apostador, y embarcarse en un barco rumbo a un nuevo continente.
Aunque sintió pena por Sally cuando la dejaron sola con el repugnante trabajo y con el rechazo de los demás empleados de la mansión Winston a trabajar ahí, ella nunca dijo que ayudaría. Entonces, Sally se sintió aliviada.
—Háblale lindo a la señora Belmore, ella conseguirá otra persona o te dará un salario más alto.
—Si debería ir a verla.
Pero, Sally nunca iba a recibir ese favor de la jefa de limpieza.
Luego agarró la bandeja y salió por la puerta lateral hacia el oeste de la mansión. Un camino de grava continuaba a través de la hierba verde cuidadosamente cortada. En poco tiempo, el anexo, que parecía tan lejano, quedó tan cerca que el afilado alambre de púas de la pared era claramente visible.
En esta clara primavera en la que crecían las hojas de los cerezos en flor, solo el anexo exudaba la energía sombría del invierno. No era de extrañar. Ese lugar era como una casa encantada, donde los gritos resonaban en el sótano.
Sally se humedece los labios secos y levantó las comisuras de su boca cuando vio a los soldados parados en guardia en la puerta principal del anexo.
—Hola Martín.
—Hola, Sally.
El soldado que veía todos los días abrió la puerta de hierro de inmediato, sin preguntar nada.
Sally caminó lentamente hacia la entrada del anexo, entrecerrando los ojos hasta el último rincón del patio delantero. No había ningún auto del dueño de la mansión, el capitán Winston. Significaba que aún no había regresado de la unidad.
“Excelente”
Entró directamente al edificio y bajó al sótano. Camino por el pasillo hacia la izquierda como si estuviera acostumbrada. El soldado que vigilaba la puerta de hierro en medio del pasillo abrió la puerta tan pronto como vio a Sally.
“La estricta seguridad es triple. En otras palabras, queda un grupo más por atravesar”
Cuando dobló la esquina hacia la derecha, vio a dos soldados que estaban sentados, charlando.
—Hola.
—Hola, Sally.
Detrás de los soldados, una puerta de hierro negra y tosca estaba firmemente cerrada. Era un lugar que exudaba un aura completamente diferente al lujoso anexo de la mansión.
—¿Ya cenaron ustedes dos?
Sally se acercó a los soldados y les sonrió, frunciendo el rabillo del ojo.
—No, aún no hemos comida…
El soldado, que tenía el nombre de < Fred Smith >, en su pecho, recibió una mirada desagradable del cabo sentado a su lado.
—Lo recibiremos pronto del edificio principal.
En el momento del hambre total, flotaba una conversación sobre comida y el olor de la sopa, así que no existía nadie que no mordiera el anzuelo.
—¿Qué hay en el menú de hoy, Sally?
—Pastel de carne. Tan pronto como abrí la puerta de la cocina, pude oler el aroma fragante. Estaba goteando saliva.
Los ojos nublados del cabo brillaron por un instante.
—Ah… Si vuelvo a llegar tarde esta vez, ¿no quedará nada?
El soldado, que aún no se había deshecho de su apariencia juvenil, miró al cabo e insinuó. Luego, inmediatamente le dio a Sally una mirada desalentadora. Sus ojos eran como los de un cachorro pidiendo elogios, aunque ella fingió no verlo y solo miro al rostro del cabo.
—Maldita sea… estoy cansado de la sopa de caldo de consomé…*1
*1 : N/T: El consomé es un plato francés, parece que es un tipo de sopa.
Los que no saben nada seguramente dirían que un hombre que está cansado de la comida de lujo era un desagradecido.
Aun así, si a un joven fuerte le dan para el almuerzo una sopa con solo albóndigas de pollo y unos trozos de verdura, no podía evitar quejarse.
La práctica de proporcionar generosamente comidas caras a soldados comunes y corrientes que no eran oficiales estaba en realidad arraigada en la vanidad y frialdad de la señora Winston, y no había ninguna razón para estar agradecidos por Sally.
—No creo que haya cocinado demasiado… Deberías ir al comedor rapido antes de que sea demasiado tarde. Cerraré con traba la puerta.
El cabo puso cara de preocupación cuando Sally puso la bandeja en una de sus manos y sacó una llave negra de su bolsillo.
—El capitán dijo que no tengo que dejar entrar a Sally sola.
Había una pista en la punta de esas palabras que se terminaría inclinando por uno de los dos lados.
Ante eso, Sally arqueo las cejas como si no le importara y sonrió.
—Está bien. No creo que el invitado sea violento. Dejaré la bandeja, tomaré la ropa sucia y volveré de inmediato. Greg también está ahí fuera.
Miró al soldado que vigilaba la puerta de hierro de la esquina. Solo entonces el cabo fingió levantarse de mala gana.
—Smith, vámonos.
Cuando los dos hombres desaparecieron por la esquina, Sally tomó la llave de la pesada puerta de hierro. Con un chirrido, la puerta hizo un ruido agudo y entró. El olor de la sangre apestosa fluía desde la brecha a dos palmos de distancia.
Sally volvió a mojar sus labios secos y colocó su mano en la habitación oscura.
Inmediatamente, tocó el interruptor que tenía en la mano. Al momento siguiente, las cuatro luces se encendieron al mismo tiempo con un Clic, pero la habitación no se iluminó mucho. Fue porque las paredes, así como el suelo y el techo, eran todos negros.
Cuando se encendieron las luces, un hombre de mediana edad agazapado en una cama estrecha de una de las paredes tembló. Sally entró rápidamente en la <habitación privada> y
cerró la puerta.
—Hey tío, soy yo.
El “invitado en la habitación privada”, que había estado tencionando todo su cuerpo, dejó escapar un largo suspiro y se relajó. Todavía estaba cegado. Aunque no había visto la cara de Sally, debe haber escuchado su voz.
La apariencia del hombre no era ninguna broma. Había visto innumerables veces los casos de que caras animadas se secarán y retorcieran como cadáveres en el momento en el que entraban en esta habitación.
Sin embargo, su corazón dolía aún más, ya que el rostro era el del tío del pueblo que conocía desde la infancia.
—Te traje comida.
Camino hacia la mesita a los pies de la cama.
Mientras tanto, el hombre intentó levantar su cuerpo, aunque ni siquiera podía levantarse y gemía de dolor. Colocando la bandeja sobre la mesa, rápidamente se acercó al hombre. Sally no dijo nada mientras lo apoyaba y lo sentaba sobre la silla en frente a la mesa.
Ahora lo sabía porque había pasado por eso muchas veces…
Sabía que podía ser un catalizador de consuelo barato para una persona que estaba soportando todo tipo de terribles torturas con apenas lo que le quedaba de energía y cordura.
Le entregó la cuchara silenciosamente y comenzó a pelar el huevo duro. El hombre ni siquiera podía hacer la simple tarea de romper la cáscara de un huevo porque le habían arrancado todas las uñas.
—¿Qué pasó anoche? Anoche hubo una fiesta en el edificio principal y me llamaron…
—Nada, cof, cof.
Cuando el hombre empezó a toser, Sally vertió agua de la tetera que había sobre la mesa en una taza. Todavía tenía suerte, porque aún se le permitía una comida al día y agua. Hubo momentos en los que ni siquiera les daban agua y mucha menos comida.
Su garganta seca se cerró y la tos cesó. Sally rápidamente sacó un frasco de su bolsillo antes de que él volviera a tomar la cuchara.
—Come esto.
Era una médica analgésica con morfina. Mientras el hombre habría la boca, esperando, Sally dejó caer una gota del analgésico en su boca.
Volvió a esconder el vial en su bolsillo y rompió la cáscara de los huevos. Mientras tanto, ella siguió hablándole al hombre que estaba ocupado tomando la sopa. No había tiempo para esperar a que terminara de comer, ya que tenían que terminar la conversación rápidamente antes de que alguien entrara.
—No dijiste nada, ¿verdad?
El hombre detuvo su cuchara y levantó la cabeza. Había desprecio en sus ojos feroces.
“Esto pasa en todos los casos”
La pregunta que Sally hace a sus colegas, que habían sido torturados durante varios días, era algo que ella tampoco estaba dispuesta a hacer. ¿Estaba interrogándolos?, ¿Estaba monitoreándolos…? Ellos podrían creer en ese tipo de fantasías.
Sin embargo, ella tampoco pudo evitarlo. Si se había filtrado alguna información, necesitaba saberlo lo antes posible para solucionarlo. Podría poner en peligro no solo al tío, sino también la vida de otras personas.
—Sabes que tienes que ser honesto conmigo, ¿verdad?
—… Nada.
El hombre miró fijamente a Sally durante mucho tiempo antes de inclinar la cabeza hacia el plato de sopa y escupir la respuesta.
—Creo que haremos el traslado hoy. Enviaré a alguien tan pronto descubra dónde está. Entonces, nunca abras tu boca y sé paciente. ¿Lo sabes? La gente del equipo de rescate no quiere escuchar sobre un fracaso…
Era el momento de que dijera su último pedido.
Visitas: 4
Comments for chapter "Capítulo 1"
MANGA DISCUSSION
Más info
Disfruta de todo nuestro contenido